En una de esas conversaciones de hombres un amigo me decía…
“La concentración es fundamental. Si te desconcentras te ablandas y pierdes”
Cuando le pregunté a qué se refería, no supo encontrar palabras para explicarse y simplemente se limitó a contestar:
“Hombre, pues se trata de estar bien concentrado cuando estás con tu mujer. Concentrado, ¿no lo entiendes?”
Por aquel momento yo estaba saliendo de una oscura etapa de mi vida en la que las mentiras y las pastillas habían sido las protagonistas.
Mi potencia y rendimiento estaban en franca recuperación, pero todavía quedaban algunas cosas por resolver.
Así que, este comentario de mi amigo me llamó poderosamente la atención, pues la verdad, entiendo que uno se concentra para estudiar matemáticas, para realizar un trabajo complejo, pero ¿para intimar con tu pareja?
Acaso ¿la intimidad de pareja no es una actividad lúdica y placentera? ¿por qué tendría que concentrarme?
¿Acaso se trata de rememorar situaciones específicas, para estar motivado durante la relación? o quizás, ¿se trataba de aferrarse a pensamientos eróticos relacionados con mi pareja, u otra persona, para no perder el deseo del momento?
Lo cierto es que el tema de la famosa “concentración” me causó tanta curiosidad, que decidí consultarla con mi terapeuta.
Pues bien, él me explicó que posiblemente, mi buen amigo estaba pasando por un estado de “ansiedad por rendimiento”, y que la “concentración” de la que él hablaba, simplemente era el esfuerzo que él hacía para mantenerse duro durante la relación, a pesar de su ansiedad.
Entonces, dicha “concentración” en realidad podrían tratarse de recuerdos de relaciones pasadas, de escenas candentes que haya visto previamente en un portal para motivarse, e incluso, la evocación de fantasías en las que involucraba imaginariamente a su pareja.
Enseguida me sentí identificado.
Recordé aquellas situaciones en las que perdía mi dureza en pleno acto debido a la ansiedad que me causaba sentir el que no estaba a la altura de los ex de mi pareja en términos de intimidad, o que, en cualquier momento, algo me distraería y perdería mi dureza.
Y, ¿Qué hay de ti?